viernes, 31 de octubre de 2008

Don't cha

Roces, miradas provocativas de reojo, rimmel, delineador, labial, perfume, blusa semitransparente, pollerita, tacos...

Peinado desalineado, camisa con cuello desabotonado y sin corbata, pantalón con finas rayas rojas y negras, zapatos de vestir pero con estilo...

Sucesivos planos detalle con música de saxo: se ven los suspiros de la boca semiabierta de ella y en su garganta cómo traga saliva por los nervios, las sonrisas de él que se muerde el labio inferior mientras despreocupadamente le mira el escote... Ella, erguida sobre sus sandalias se acomoda la carterita bajo el brazo...

La luna llena se ve tras la ventana del tren, casi no hay luz artificial, todos viajan apretados esperando llegar a algún lugar conocido y sacarse los zapatos, comer y ver televisión...

El volumen del saxo va disminuyendo, de fondo se comienza a escuchar un intermitente:

Quetrén-quetrénnnn... Quetrén-quetrénnnn... Quetrén-quetrénnnnnn...


- Te pisé, perdón, soy un torpe...
- No hay problema, sé cómo es esto... Siempre viajo a esta hora... Hay tanta gente...!
- Sí, es verdad... Vas para tu casa?
- Sí, hoy la verdad que tuve un día complicado... Voy a dormir como un bebé! Jajaja!
- Jajaja...! Sí... Veo que estás cansadita, tensa... Emmm... Yo soy masajista... Si querés, si algún día necesitás una sesión... -Ella sonríe con mirada pícara tratando de ocultar su interés- Ehhh... -Se aclara la garganta- Si necesitás relajarte... Yo veo que siempre te bajás en Coghlan, yo también me bajo ahí, capaz vivimos cerca... Si no te molesta, si querés... Querés que te deje mi tarjeta? -Dice adquiriendo algo de profesionalismo para mantener la compostura.
- Sí, claro. -Dice con una sonrisa muy femenina y los ojos entornados- Cómo no.

Él busca en su maletín, entre cuadernos, lapiceras y un Beldent... Revuelve un poco...

- Acá esta, mirá: este es mi celular y este mi mail... Pero el mail lo maneja mi secretaria... Bah... Es lo mismo, como quieras... Como te quede más cómodo a vos. -La mira en busca de una respuesta, se siente muy expuesto.
- Está bien, gracias! Prefiero el teléfono, no me llevo muy bien con la tecnología moderna, jajaja...

Él sonríe cómplice, se la quiere comer ahí nomás... Se contiene, se contiene... Trata de distenderse controlando la respiración, no da mucho resultado... No puede dejar de mirarla... Toda...

El tren se detiene, estación Coghlan. Bajan juntos en una tensión sexual constante, el gesto de sonrisa no abandona a ninguno de los dos. Hacen juntos una cuadra entera en silencio. La noche es hermosa, 18° C, el suave viento arremolina el pelo de ella en el aire. Hay quietud en la calle, casi ni tráfico, la luna y los pocos postes de luz dan una iluminación tenue al paisaje.

Caminan pendientes, expectantes, como esperando que pase algo... El paso del tiempo se percibe como congelado, en stand by, el alrededor desaparece... De repente ella se detiene, el responde con la misma actitud, sus corazones comienzan a latir más rápido, las miradas se encuentran y van de los ojos a la boca, los ojos, la boca, la boca, la boca... La respiración es más fuerte... Los dientes apretados con todo el deseo reprimido... Él rompe el hielo avanzando los 20 centímetros que los separaban y se dan un beso apasionado, profundo como si quisieran fusionarse completamente, se unen en un abrazo tan cálido, tan buscado, tan encontrado...

No importa cuánto hace que se conocen, a qué hora hay que volver a casa, si mañana hay que trabajar... Ya no cuenta lo que digan sus mentes, sus cuerpos claramente dijeron que sí.


Gigi


2 comentarios:

JLO dijo...

muy lindo relato... lastima q uno no se anime a hacer cosas asi cuando pasan en la realidad...

me gusto el blog... vengo porq firmaste en lo de Yamila...

salu2


POP LIFE

Karim dijo...

me encantó este texto, lo leo una y otra y otra vez, y cada vez me gusta mas. me gustaría que alguna vez me pasara algo así, jaja. como dijo "JLO" lastima que uno no se anime a hacer cosas asi...

ya vendrá.. todo llega

Bsos